viernes, 24 de agosto de 2007

La TV que nos alimenta


Que buena noticia! Ileana Calabró se amigó con Rocío Marengo: ¿El baile del Koala o El Bum Bum? Mmmm… yo prefiero a Panam.
Suspire de tranquilidad cuando supe que Pancho Dotto había recuperado su 4 x 4. Pobre hombre, es el único argentino víctima de un robo en los últimos tiempos y sin su súper camioneta le era imposible seguir con su vida!
Supuse que la causa de mi insomnio era la depresión de Silvia Suller o que Wanda Nara podía volver caerse en Patinando por un Sueño.
Tengo que confesar que se me cayó una lágrima cuando vi a Belén Francese llorar por que el jurado de Patinando por un Sueño la trató mal, pero me puse feliz cuando supe que había sido coronada como la “Boluda Total del mes” en RSM y más aún cuando contestó dos preguntas bien del CQTEST. Un gran logro para tal coeficiente intelectual dañado por tantos reflejos y tinturas. Cuando sea grande quiero ser como ella. Es mi ejemplo a seguir.
¡Así estamos señores! ¡Esa es la TV que hoy nos alimenta!

Ser o no ser


Actualmente estoy terminando mi Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Ya he contado la historia de cómo es que llegué adonde estoy (Ver Casi una profesional).
Cada vez que le digo a alguien que estudio Ciencias de la Comunicación, responde diciendo – Ah! Periodismo! Entonces en un intento de simplificar las cosas y no entrar en largas explicaciones que al final, no van a entender, confirmo de mala gana la observación de mi interlocutor.
¿Pero que somos en realidad los comunicadores sociales? Quienes “supuestamente” saben del tema, el ámbito laboral de este tipo de profesionales, es muy amplio.
Sabemos de fotografía pero no somos fotógrafos; sabemos de radio pero no somos ni operadores ni locutores; nos enseñan a escribir para medios gráficos pero nos dicen que no somos periodistas. Entonces… ¿Qué somos? Somos profesionales de los medios de comunicación. Tal vez así podría definirse. Una definición extensa que no deja ningún aspecto fuera. Sabemos un poco de todo pero en realidad no sabemos mucho de nada. Somos una especie de comodín que puede adecuarse a cualquier tipo de trabajo.
Si bien el plan de estudios de la carrera es interesante y llamativo, posee, desde mi punto de vista, ciertas deficiencias o “baches” con respecto a algunos temas que considero fundamentales en el ejercicio de esta profesión.
No nos especializamos en nada, pero hacemos de todo.

martes, 21 de agosto de 2007

Mi Mattaldi Querido


Somos pocos los que conocemos la localidad de Mattaldi. Un pueblito de poco más de 2.000 habitantes situado en el sur de la provincia de Córdoba. Un lugar casi olvidado al que la tecnología llega a paso lento (Como si viniera sobre una babosa atontada y perezosa)… pero llega.
Solo unos pocos afortunados cuentan hoy con Banda Ancha (En casa todavía peleo con mi familia porque cuando me conecto a la red ocupo la línea de teléfono) Hay 35 canales de los cuales más o menos 10 deben ser de deportes. Y por supuesto, el teléfono – fijo y móvil – llegó hace tiempo.
Se vive en un ambiente tranquilo y relajado. Es ese especial ambiente de pueblo, en el que la gente se baja del auto, lo deja abierto y con las llaves puestas. Donde nos acostamos a dormir sin cerrar la puerta con llave. Esas son las ventajas de mi Mattaldi querido.
Pero en Mattaldi, casi no existen medios de comunicación. Solo hay una radio (Ni siquiera se su nombre), un canal (Ese si me acuerdo: Mattaldi Cable Color) y no existen publicaciones impresas propias. Cuenta con un blog, creado por un mattaldense anónimo, en el que se publican los eventos más importantes del pueblo (http://www.mattaldi.blogspot.com/).
Navegando por la red encontré un foro de discusión sobre mi Mattaldi querido. Un espacio divertido en el que los vecinos de la localidad de Jovita pelean verbalmente con nosotros, los mattaldense. Obviamente deje mi opinión. Soy uno de los tantos anónimos que dijo malas palabras! (www.foro-argentina.com/cordoba/mattaldi ) Que pérdida de tiempo! Cada uno es lo que es.
Mattaldi crece, de a poco, pero crece y espero algún día poder ayudar con el crecimiento del pueblo que me vio nacer y crecer.

El Show de Norita y sus amigos (Los periodistas)




Desde el primer momento en el que se conoció el asesinato de Nora Dalmasso, los periodistas se abalanzaron sobre el hecho noticioso, sedientos de algo que pudiera atraer la atención de la gente, sedientos de sensacionalismo.
El circo periodístico montado, se basó en la vida privada de la víctima y no en el asesinato en sí. Los medios centraron su atención en lo que Nora hizo o dejó de hacer en su vida, se habló de sus amigas, de sus amantes, de su matrimonio, de su familia, hasta el punto en el que a veces parecía que se olvidaban de que la señora de quien hablaban, había sido asesinada. Importaba más si Nora participó alguna vez del juego de la olla, cuantos amantes tuvo, cuan mal estaba su matrimonio o las preferencias sexuales de su hijo.
Se dijeron muchas cosas sin importar a quien perjudicaban. Poco a poco, Nora pasó de ser una mujer con doble vida y pasado oscuro, con un hijo gay a quien intentaba enseñarle las cosas buenas del género femenino y víctima de un violento juego sexual, a Norita, generosa mujer que ayudaba a sus pares, víctima de un asesino sin escrúpulos.
Muchas familias de la ciudad de Río Cuarto fueron afectadas por los dichos de los medios de comunicación. No se tuvo la precaución de corroborar la veracidad de las historias que rodeaban al crimen, solo se hizo más grande la posibilidad de lucrar a cuestas del asesinato de alguien. Hasta una desconocida prostituta se dio el gusto de decir que mantenía contactos sexuales con la víctima, las declaraciones rápidamente caldearon aún más los ánimos hasta que todo fue desmentido.
Todos sacaron provecho del Show del Crimen. Se imprimieron millones de remeras con la leyenda “Yo no estuve con Norita”, que fueron vendidas en todos los centros turísticos del país. Un atropello al respeto por el prójimo.
La cámara oculta a Facundo Macarrón me pareció una forma desesperada por obtener información de algún familiar directo a la víctima. Aunque no menosprecio la herramienta, considero que en ese caso debería haberse informado al entrevistado que la cámara estaba encendida.
En cuanto a la publicación de las fotografías del cadáver de la víctima, creo que fue una aberración, una falta total de respeto para la difunta, su familia y sus allegados. La divulgación de las imágenes, que por desgracia tuve la oportunidad de ver, fue un instrumento meramente lucrativo que nada positivo aportó al periodismo ni a la causa.
Creo que el periodismo serio fue dejado a un lado en esta causa. Los periodistas se convirtieron en típicas vecinas de barrio y se encargaron de inventar y tergiversar todo lo que se dijo sobre Nora Dalmasso.
Pero esta, es solo mi opinión.

Casi una profesional

¿Cómo llegué a ser lo que soy? Aún no lo se muy bien.
Hay una anécdota de mi niñez que considero fundamental en la elección de mi carrera. Cuando yo tenía apenas 6 años, mi papá me mandó a comprar el diario y en tono de broma, me dijo que le preguntará al quiosquero si ya había llegado el diario de mañana. Yo supuse que mi papá mañana no iba a tener tiempo de ir a buscarlo por lo que obedecí como buena hija.
Una vez en el negocio, con la inocencia de esa edad, le pedí, al gordo señor que me atendió, el diario de hoy y el diario de mañana. Después de que se riera a carcajadas durante largos minutos, me dijo de mala forma que lo que le pedía era una locura. Cuando llegué a casa, le conté a mi papá lo sucedido, entonces con una sonrisa tierna y paciencia de hierro, me explicó detalladamente en que consistía el tan problemático “Diario”. Creo que desde ese momento me interesaron los medios de comunicación en su totalidad.
A los 17 años, llena de inseguridades y miedos, a punto de partir de mi pueblo, pensé mucho sobre lo que quería para mi futuro. Como no logré decidirme por una carrera en especial, con el apoyo de mis padres, hablé con una psicóloga para que me haga un test vocacional (¡Maldito Test Vocacional!). Si antes estaba confundida, cuando me dieron los resultados directamente no sabía ni como me llamaba. Después de largas horas pintando circulitos sobre lo que me gustaba más hacer, la psicóloga llegó a la conclusión de que la carrera ideal para mí era Nutrición… ¡¿Nutrición?! Yo ni sabía que existía tal carrera. Jamás se me hubiese ocurrido estudiar… ¿Nutrición? Definitivamente eso no era para mí. Y como desde chiquita me gustó ir en contra de la corriente decidí estudiar Ciencias de la Comunicación. Hoy puedo afirmar que no me arrepiento.
Siempre soñé con ser locutora, supongo que fui influida por quienes me decían que tenía “voz de locutora” y que algún día trabajaría en una radio. Hoy soy casi una locutora que aprende cosas nuevas todas las mañanas y eso me pone muy feliz.